
Goya ha sido protagonista de muchas películas aburridas sobre su vida (igualmente aburrida). Pero Goya 2.0 ha sido siempre un aficionado al séptimo arte y sus intereses han ido más allá del soporífero cine patrio. Utilizando su máquina del tiempo repetía una y otra vez los castings para hacerse con los papeles protagonistas de los films más famosos de la historia. A veces tenía que retroceder más de un centenar de veces en el tiempo y repetir el casting (otras tantas) hasta que bordaba su interpretación y lograba el trabajo. La Academia nunca ha valorado merecidamente su aportación al cine, algo criticado por muchos intelectuales que claman por el reconocimiento de tan insigne artista. Al menos, al resto de los mortales nos quedan sus decenas de películas, a cada cual más gloriosa.


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