Goya y los Beatles

Cuando uno tiene una máquina del tiempo puede divertirse a lo grande y correrse buenas juergas. No sólo eso, sino que puede dejar su nombre vinculado al de los más insignes personajes de la historia. Goya no necesitaba alimentar más su nombre, porque fue uno de los artistas más grandes, pero parece que no le bastaba con destacar en pintura y quiso probar con otras artes. Para ello no dudó en utilizar su preciado vehículo temporal y trasladarse al Liverpool del 64, donde una banda emergente comenzaba a revolucionar el mundo. Ahora a los nombres de John, Paul, George y Ringo hay que unir el de Francisco, un músico que enloquecía a las adolescentes (y no tan adolescentes) de la década pop.




Gracias a estas instantáneas podemos reescribir la historia y colocar a Goya 2.0 en el sitio que merece, junto con los Beatles. Y no sólo eso, sino que somos testigos de cómo los viejos amoríos del músico comenzaban a aparecer en escena.